LA VERDAD DEL EVANGELIO

¿Para qué es la sangre de Cristo?

Por David Camps

 

Como cristiano, con frecuencia he oído sermones, oraciones, o conversaciones, en la iglesia que la sangre de nuestro Señor Jesucristo nos protege. Incluso, lo cantamos durante la alabanza. También, he oído que Dios no nos ve tal y como somos porque estamos cubiertos por la sangre de su hijo. Con base en esta lógica, podemos concluir que somos librados de cualquier tragedia y nuestras acciones internas, sean virtuosas o injustas, no son tomadas en cuenta.

De acuerdo con los seguidores de esta doctrina, el sustento bíblico de ser protegidos mediante la sangre de Cristo se encuentra en Éxodo 12. Ahí, se no narra que se sacrificó un cordero, cuya sangre fue tomada y untada en "el dintel y los dos postes" de las casas. Entonces, cuando pasó el Señor no permitió que el exterminador entrara; así, la plaga no heriría a nadie del pueblo de Israel. La explicación de dicha protección para nosotros en la actualidad es que es aplicable o transferible a los cristianos porque ese evento es una tipología, en este caso, una figura de Cristo en el Antiguo Testamento. La sangre de un cordero representó la sangre del Salvador. Ya que la sangre de ese cordero iba a proteger al pueblo de Israel de la última plaga, se da por sentado que la de Cristo automáticamente protegerá a todos los cristianos, pero si esto fuera el caso, las siguientes preguntas surgirían: ¿por qué los primeros cristianos sufrieron persecución o martirio? ¿Acaso la sangre de Cristo no los iba a proteger automáticamente? ¿Por qué la protección no fue aplicable o transferible a ellos? (Véase 2 de Corintios 11:23-27).

La creencia general de ser cubiertos por la sangre de Cristo es que cuando el Señor anduvo en la tierra, obedeció la ley moral por nosotros. Como cualquier ser moral, nuestro Señor estaba obligado a obedecerla, pero lo hizo por él mismo (Filipenses 2:8). De otro modo, no hubiera sufrido ni muerto por nosotros, como tampoco se nos hubiera requerido vivir una vida santa (1 Timoteo 5:7; 22; 1 Pedro 1:15-16).

La Biblia nos enseña que la sangre de Cristo es para remisión de nuestros pecados (Mateo 26:28; Efesios 1:7, Colosenses 1:14). Igualmente, nos enseña que a través de ella nuestras pecados y conciencias han sido limpiados (Apocalipsis 7:14; Hebreos 9:14). Además de ser para nuestros pecados, la epístola a los Hebreos nos proporciona mayor entendimiento para qué es la sangre de Cristo:

El acceso libre al Padre (Hebreos 10:19).

El establecimiento de un nuevo pacto, siendo Jesucristo el mediador (Hebreos 12:24; también, véase Lucas 22:20).

Para concluir, no veo que la sangre de nuestro Señor sea para otra cosa más que para aquéllas acabadas de mencionar. Es importante que tengamos una interpretación clara y sana del sacrificio del Señor por nosotros. De otro modo, podemos caer en confusión y tener creencias raras que no están basadas en la escritura, sino en inferencias equivocadas que la gente puede tener sobre ciertas enseñanzas. El Apóstol Pablo nos advierte de estar alertas y que no nos dejemos "llevar de doctrinas diversas y extrañas" (Hebreos 13:9), sino examinar todo (1 Tesalonicenses 5:21).

 

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